GUERRAS DE LUZ
La caminante Guerrera
amanece exhausta,
cansada de tanto
llorar y maldecir.
Creyendo así
que el dolor
se haría más liviano.
Totalmente negada
a aceptar la verdad
de su derrota,
de su verdadero Ser.
Agotada
de peleas eternas
en el ring
de su propia vida.
De dejarse la piel
escalando muros
Infranqueables.
De huidas a medianoche
siendo latente siempre
la libertad
de ser ella misma.
Pasaba
de unas cárceles a otras,
sin poder percibir,
la realidad
de su verdadera
situación.
Hasta que llegó Él,
y en una eterna
batalla por salvarle,
por romper su armadura.
por despojarlo
de sus muros y trampas,
por abrir su corazón.
Se salvó a sí misma.
No eras tú la cárcel
era la mía propia.
En tu armadura
veía el reflejo de la mía.
En tu dolor
con el que peleaba
hasta caer rendida
rasgando tu armadura
una y otra vez
conseguí ver destellos .
Resquicios de tu corazón
mal herido y roto
dejando a flor de piel
la verdad de tu ser.
Y por mucho que actué
como una Guerrera
fría y distante,
independiente
sin permitir
un ápice de ayuda
de tu parte
cerrada a cal y canto
dentro de mí.
Él me había derrotado
estaba tocada y hundida
Y era solo cuestión de
tiempo que mi corazón
se abriera por fin.
Solo tú
abriste la puerta
a mi verdadero dolor.
Mi amor por ti ,
y las ganas locas
de salvarte
fueron la llave
para llegar a mí misma.
Y hoy por fin
ya lejos de ti,
de todo y de todos
dejo la espada
para siempre
demasiadas batallas
y una sola guerra perdida
son suficientes para mí.
Toda batalla
deja sus heridas
y sus pérdidas también,
pero la Luz ha llegado
y con ella el fin de las guerras.
Gracias a ti
y a cada regalo oculto
escondido en cada una de ellas.
La caminante Guerrera
sabe la naturaleza
de su verdadero Ser.
Ahora sabe
que cada batalla
era contra sí misma y solo
acrecentaba sus heridas,
heridas por curar e iluminar.
Pero ella no se daba cuenta
y seguía peleando y peleando.
Pero hoy la armadura
calló al suelo
y la Caminante Guerrera
comprendió que no vino
a este mundo a pelear,
sino a iluminar desde el amor
más profundo de su Ser.
Que no había nada que luchar
ni conquistar ni conseguir
tan solo Ser lo que vino a Ser
y entonces
la caminante Guerrera
se transformó
en una Princesa de Luz.
GRACIAS
Olga Bernal
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